El montaje de ‘Libre te quiero’ por su editora Adoración G. Elipe
Hace veinte años Adoración G. Elipe comienza su andadura profesional en el equipo de edición de la serie ‘Lleno, por favor’, con Alfredo Landa de protagonista. Después participaría en el montaje de la telecomedia ‘¡Por fin solos!’, cortos multipremiados como ‘Las viandas’ o ‘Efímera’ y películas como ‘Batalla en el cielo’ o ‘La luna en botella’. Su última incursión en el cine se llama ‘Libre te quiero’, el documental sobre el 15M de Basilio Martín Patino, toda una institución del cine español autor de los clásicos ‘Nueve cartas a Berta’ o ‘Canciones para después de una guerra’. Con Adoración charlamos sobre Basilio, las batucadas indignadas y las fiestas glamurosas de un Cary Grant maridísimo o un Truman Capote con cola de sirena…
Titulares:
- En el trabajo, hay gente con la que no te entiendes. Y otra con la que sí. Con la que no te entiendes, haces por entenderte.
- Libre te quiero muestra el 15M desde el punto de vista de un señor para el que la Puerta del Sol había sido un lugar hostil.
- Hay una crítica a la gente que se quedó en casa viendo cómo pasaba la manifestación que a mí me parece una genialidad.
- Basilio Martín Patino es muy generoso. No llevó su película a concurso porque piensa que hay que dar paso a los nuevos.
- Libre te quiero sí es totalmente independiente. Está financiada por Basilio.
- Cuando editas algo, ponerte en el lugar del espectador es muy difícil. Porque cómo haces que no sabes una cosa que sabes.
¿Cómo llegas a la película?
Llego a la película en una época de verano en la que no hay nadie en Madrid, todo el mundo se va de vacaciones. Recibo una llamada de un compañero, que me pregunta si voy a estar en Madrid entre julio y agosto. Le digo que sí porque no tenía nada de trabajo urgente. Estaba en medio de una producción, que estaba arrancando… y era un paréntesis. Entonces me llama y me dice que La Linterna Mágica, la productora de Basilio Martín Patino, está terminando un documental sobre el 15M y que por circunstancias de producción se ha quedado sin montador y que si lo puedo terminar en un plazo récord por así decirlo. Y como me encantan los retos, dije: “claro que puedo”. Me citan en la productora y me cuentan lo que quieren hacer: llegar a la Seminci.
¿Qué es lo primero que haces cuando sabes que vas a trabajar con él?
Pues lo primero que hago es ir a conocerlo, a él, en persona. Cómo es, qué es lo que quiere contar y cómo lo quiere contar, si crees que puedes entenderte… Porque hay gente con la que no te entiendes y otra con la que sí. Con la que no, haces por entenderte.
¿Y qué pasa en esa primera reunión?
Me enseñan la película tal y como está. Yo la veo como espectadora por primera vez, que es algo que a ellos les interesaba saber: mi opinión sobre una cosa que llevan mucho tiempo viendo y ya la objetividad se ha perdido totalmente. Me preguntan cómo veo introducir y ordenar un cronológicamente la película, que es lo que a ellos les interesaba realmente. La película tiene un potencial brutal y es otro punto de vista sobre el 15M.
¿Te documentaste de alguna forma?
Como montadora no me interesa tanto lo que ha hecho anteriormente como lo que voy a hacer. Su filmografía me interesa como espectadora. En ese momento ponerme a ver todo lo que había hecho Basilio no era práctico. Mi objetivo era que tenía una película de equis minutos, quería alargarla a una hora y un deadline para la Seminci.
Cuando se está montando, ponerse de primer espectador es muy difícil. Porque, ¿cómo haces que no sabes una cosa que sabes? Es complicadísimo. Por eso es tan difícil saber si esto a la gente le va a gustar, no le va a gustar, lo va a entender, no lo va a entender… Porque tú no lo estás viendo por primera vez. Por eso, cuando me mostraron el documental de Basilio y lo vi por primera vez, dije: “Me ha gustado y lo he entendido. Está bien”.
La música ya era pre-existente…
El título del documental es “Libre te quiero” por un poema de Agustín García Calvo al que Amancio Prada le pone música y canta. Amancio cede a Basilio la canción como banda sonora. Es una música que aparece muchas veces como leitmotiv, pero además de eso hay muchísimas batucadas en la película, hay actuaciones de gente en la Puerta del Sol… Tanto tiempo allí conviviendo la gente, aparte de hacer asambleas, también se divierten. De hecho, éste es un tema controvertido. Hay gente que ha visto el documental y dice: “sólo se ve que la gente está de fiesta”. No se trata de que tenga que ser un reportaje ni una reivindicación de nada, simplemente es una muestra desde el punto de vista de una persona para quien la Puerta del Sol es un lugar hostil. Y que ve que la manera de manifestarse en el año 2011 no tiene nada que ver con cómo era en los años 60. Es la noche y el día. “Libre te quiero” es una película muy musical por parte Amancio Prada y por la gente en el día a día.
¿Trabajas sobre la música o la música se incorpora después?
La música de Amancio se incorpora después pero las batucadas y actuaciones son como videoclips prácticamente.
¿Cómo es trabajar con Basilio? Cuéntame un día normal.
Yo llegaba a las 10:00 de la mañana. Abría la oficina. Me ponía a retocar las cosas que me había dicho el día anterior. Él venía sobre las 12:00. Veía los cambios que me había pedido y nos poníamos a trabajar viendo el material de las cosas nuevas que quería incorporar. Fuimos editando de forma cronológica, porque lo que él quería era contarlo linealmente. No quería saltos. Hay directores que prefieren empezar por el final, para que esté más trabajado y no se note que es último que se hace y por tanto llegas con poca fuerza…
A las 14:00, 14:30, se marchaba, íbamos a comer. Yo volvía a las 16:00, seguía trabajando en cosas como los niveles de sonido, cambios de formato… Y luego a las 18:00 volvía (era verano, hacía un calor que nos queríamos morir) y hasta las 20:00 seguíamos currando. Durante julio y agosto.
Tú te encuentras con una peli incompleta. ¿Qué es lo que faltaba?
Faltaba sobre todo el principio, la llegada, montar el campamento… Y lo quería contar porque es el comienzo de todo lo que venía después.
¿El final ya estaba?
El final ya estaba. Se añadieron algunas cosas, pero estaba.
¿Hubo alguna parte del montaje que te diera más quebraderos de cabeza?
Había secuencias más difíciles que otras, porque no deja de ser un rodaje que no está planificado y que se graba lo que se puede. Rodaban cinco cámaras y tienes que visionar el material de todas las cámaras. Luego el sonido… Pero entra dentro de que el documental tiene esa dificultad y que también es bonito estar construyendo algo de una cosa que no está planificada.
¿De cámara eran cinco?
A veces eran cinco, sí.
¿Grabando simultáneamente?
Sí.
La secuencia más polémica, ¿cuál fue?
Es una parte en la que salen unas fotografías de familias, no vamos a decir típicas, pero sí de diferentes modelos familiares. Hay una familia de Europa del Este, hay familias orientales, hay familias heterosexuales, homosexuales, con hijos, sin hijos, con animales, con perros, con gatos… Señores mayores en su pueblo con la foto del niño, con el halcón. Yo que sé, son fotos muy dispares. La película muestra un montaje fotográfico con esas familias y con ventanas en las que se proyectan las manifestaciones. Choca un poco porque de repente estamos en Sol y ¡pum!, pasamos a fotos fijas y con ese truco de posproducción tan extraña que a la gente le saltaba un poco. Es una crítica a la gente que se quedó en su casa viendo cómo pasaban las cosas y a mí sinceramente me parece una genialidad. O te parece una mierda o te parece brutal. A mí me parece brutal y le dije a Basilio: “no lo quites, no lo quites, Basilio”. Y él me decía: “pues la gente dice que lo quite, pero es que a mí me gusta”. Yo dije: “pues si a ti te gusta tú eres el padre de esta obra. Déjalo”.
Pero no es el caso, porque a ti te parecía que funcionaba, ¿no?
Sí, totalmente. Pero sí que Basilio dudó. Cuando mucha gente lo dice, dudas…
¿Qué momento te llevas para ti de este trabajo?
La proyección en el Reina Sofía fue muy emotiva. La gente se puso de pie. La verdad es que las dos proyecciones que he visto con público han tenido una acogida muy bonita.
La peli se entrena en la Seminci finalmente…
Lo de llegar a Valladolid fue porque abría la sección de “Tiempos de Historia” de la Seminci. No iba a concurso, porque él no quería concursar. Él decía: “yo ya he hecho todo lo que tenía que hacer. Hay que dejar a la gente que haga, que vaya a los festivales. A mí ya me da igual. Yo ya tengo mis premios. ¡Si tengo un montón de premios en la estantería!”. Y yo le decía: “yo no tengo ninguno”. “Coge el que quieras”, me respondía. En ese sentido, él es muy generoso porque no quiere competir con nadie. Tiene la necesidad de contar algo y lo hace… “Libre te quiero” la producido él. No tiene ayuda de nada. Esto sí que es totalmente independiente.
¿Habrá futuro proyecto con Basilio?
A mí me encantaría. Siempre que me ve, me dice: “¿cuándo montamos algo?, ¿cuándo vamos a hacer otra peli?”. Y yo le digo: “cuando tú quieras”. Él sí tiene ganas de hacer cosas. Y por lo que yo intuyo está contento con la película.
Ahora estoy acabando un documental sobre época internacional de Tánger “MET: mapa emocional de Tánger” Allí estuvieron viviendo el matrimonio Bowles, Barbara Hutton (la mujer de Cary Grant), Truman Capote, Francis Bacon… Y también nacieron allí españoles como Antonio Saura, Pepe Hernández, Diego Galán…
¿Es un encargo?
No, es una co-producción con José Ramón Da Cruz. Él nació en Tánger y dice que está pendiente una muestra audiovisual y literaria de esa época en la historia de España. Muchos españoles se fueron a Tánger en la época de Franco por trabajo, por… Y, ahí, bueno, ¡había una libertad absoluta!
Cuéntanos más del documental…
El documental trata de esa época internacional en Tánger. Era un núcleo donde se juntaba mucha gente de la cultura internacional. También en Tánger había una convencía de religiones: judíos, musulmanes, católicos… Nacionalidades: franceses, americanos, indios… Iban al colegio juntos y jugaban en la calle de pequeños pero luego cada uno tenía su cultura y su historia. Juntos pero no revueltos.
¡Qué interesante!
Sí, yo no tenía ni idea de que Tánger hubiera sido tan esplendorosa. Truman Capote, Paul Bowles y William Borrows escribieron obras muy importantes allí.
¿Hay recreaciones en el documental?
No, hay mucha foto de la vida social. Se ve a Truman Capote en una fiesta, ¡vestido de sirena! Una cosa muy llamativa.
¡Qué ganas de verlo! Muchas gracias por compartir con nosotros los detalles del montaje de “Libre te quiero”. ¡Y mucha suerte en lo siguiente!
A ti.
Y a vosotros, ¿qué es lo que más os ha llamado la atención de esta entrevista?
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